"Cámbiame" y "Cámbiame el look"... mejor tu "Estilo a Juicio", dónde va a parar...

 

"... la gente de Marbella es muy hortera, y perdón, yo soy de Benidorm", justo le está diciendo Cristina Rodríguez

¿Qué es la autoestima?. ¿Quién la tiene?. ¿Incólume, perfecta?. ¿Intachable, insobornable?. ¿Quién la tiene?. El axioma, según los expertos de la salud psiquiátrica que definen el equilibio de la normalidad, fuera de de las enfermedades mentales o incomodidades emocionales, es tenerla un poco baja y saber, comedidamente, autoengañarse. Todo un arte.

Mediaset refresca el nicho del cambio de look, ese que funciona desde que nació la tele. Con salvedades culturales. Aquí para nosotros, es una buena peluquería. Para los anglosajones es ir más allá. Sentirse sexy es el tao de todo. El verbo que destierra los nubarrones de la felicidad. Nada sirve tener un marido que te quiere, una familia unida, unos amigos fieles y un trabajo satisfactorio. Chuminadas. Que te miren las tetas es lo más.

Pero nos gusta verlo. "Cámbiame" de Telecinco nos sabe a poco. El programa es anodino por la vacuidad del reto. Los fiables estilistas se limitan a dar un paseo por Zara a gente ya guapa. Pero que no tiene dinero ni tiempo para tonterías. Sólo para constatar. Un carnicero con planta de modelo que se peina ridículamente hacia adelante. Idea capilar de la productora, seguro. O a una chica cantante, bellezón de por sí, ojazos, con el pecado de vestir ropa de Primark. El pecado es que se note. Digresión sobre la chica. Impagable la disculpa de su padre por su pasado adolescente, jodido y con interrogantes, en correccionales: "Fue una experiencia... diferente". 

"Cámbiame el look" carga más las tintas. Pero sólo un poco. Ya empieza a tocar la esquizofrenia del mundo Wall Mart. Jeannie Mai es cálida en pantalla, e intuimos que detrás también. Sus protagonistas se divierten con sus maliciosas observaciones "¿cuándo te decidiste ser camionera?". Deliciosa Jeannie. Su feminidad, su negocio. Pero queremos más miseria, Mai.

Como en "Tu Estilo a Juicio". Eso era cruel. Molaba. Presentadores cordiales pero distantes. Gente jodida. Mucha Walfare Queen, pero sin rastro "Precious". Las precious son irrescatables. Sólo basura blanca. Los pómulos indoeuropeos juegan con la luz. Dónde va a parar. Qué subtextos deliciosos e hipocresía en esas dentaduras de crack "¡fuma tres paquetes diarios de "cigarrillos", ooooooh!". Hipersensibilidad y delgadez enfermiza. En una pobre dos perlas. "Mi marido tenía razón... ¡soy repugnante!" y "... es que se crió en entornos diminutos (caravanas)...". El éxtasis llegó con madre soltera de un epilético hijo autista que la encerraba en la cárcel de la dedicación absoluta sin recompensa. Para ella otro regalo mejor. La empatía de David Demmer. "Te tienes que dedicar más tiempo a tí misma. Tienes que pensar en tí primero". Maravilloso. Vocalizando como Sara Montiel. Maaaaravilloso.