jueves, 16 de julio de 2015

Feos famosos... pero que en persona no lo son tanto. Pequeña reseña. Habrá más.

No habéis visto el novio tío bueno que se gastaba...
Muchos feos famosos han hecho de esta etiqueta estética, feo, como meritoria marca de éxito. Nos gusta decirles feos y no son feos. Son feos si los comparamos con parámetros brad pit, claro, no si los comparamos con nosotros, la gran masa global. Eso ya lo sabemos, por mucho que se emperren las chicas del Coure de lo contrario. Su reivindicación empática es otra manera, muy entretenida eso sí, de hacer negocio. Pero no verdadera.

Pero no, generosidad fuera. La fealdad objetiva existe como el sol que sale por las mañanas. Vaya que sí. Lo juramos. Démonos una vuelta por el metro vallecano y deleitémonos con genuinos sosias insectiles. Algunos con antenas.

Los feos famosos, menos Carmen Machi, la pobre no, no son vamos a decir ahora que son bellos, tadzius, pero suelen desplegar presencia y natural percha en persona. Paz Padilla, ver Paz Padilla es muy tonta aquí, y Rossy de Palma llaman la atención por la calle porque son muy buenas mozas. Unas jacas. El caso de Rossy es particularmente doloroso. Su cara es normal, sin rastro picassiano. Más improbable e increíble. Paco Calatrava. El feo de Los Hermanos Calatrava, así de civil, sin poner muecas de monger, es un señor guapo de rictus sexy moldeado con inteligencia y cachondez mental. Claro que nos creemos a su hermano cuando afirmaba a Ana García Lozano que Paco ligaba "bueno... como no te lo imaginas". Flippy es un nerd gafotas, demasiado estudiado lo de nerd gafotas, si, pero tipazo y lustroso. Otra lustrosa es la cantante Bebe. Lustrosa, fina y pija.



¿Más?. Éste ya es justo, porque ya es otra esfera. Fuera de la tímida sorpresa amable de los locales. Steven Tyler. Obviando las pintejas de heavy desfasao, ejem, ¿qué heavie no lo es?, de pantalones de cuero con aberturas engarzadas con remaches, el cantante de Aerosmith es un pedazo de tío para caerse de culo. Alto, atlético, pelazo, nalgas de hierro, guapo, impoluto, nalgas de hierro... y jodidamente simpático. Que aquí la simpatía es otro valor trasmutable con la belleza. 

No es aleatoria la genética de Liv Tyler, vaya, y nosotros tenemos que cenar. Prometemos seguir con un post que da mucho juego.



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